Es verdad, a veces siento nostalgia del olor a vinagre encerrado en el lavabo de casa. La magia de la luz roja y de los también pases mágicos debajo de la luz de la ampliadora, pero cada vez me da más pereza montarlo. He sido abducido por lo digital y su inmediatez: que mi querida Madre del Amor Hermoso me lo perdone.
(El enlace ya lleva a la actualización)
Siempre he pensado que el revelado químico tenía un punto de aleatorio.
(Los químicos nunca tenían exactamente la misma proporción, la temperatura tenía su histerésis, etc)
Luego descubrí que el vino tinto es un revelador. ¡Y te puedes beber lo que sobre!
Demasiado aleatorio e impredecible.