– el río de la vida –
Ayer estuve comiendo con un par de amigos: Jordi, Antonio y yo. Los tres trabajábamos en Telefónica, allí nos conocimos y nos hicimos amigos. Los tres compartíamos y compartimos la afición por la fotografía y desde el primer día compartíamos también la revista FV de Valentín Sama desde el número 1.
Ahora estamos ya todos ¿felizmente? jubilados y tenemos todos alrededor de los 70 años, así pues como dice Jordi, estamos en los últimos centímetros de esa regla de medir que es la vida y que según Google tiene 79,5 cm de largo.
Hablamos de muchas cosas, de los condicionantes de la vida de cada uno, de los hijos, de los padres ya muy mayores, de la situación política (poco) de la IA (mucho) y de fotografía y de tecnología (poco también), al fin y al cabo los tres somos, o fuimos, ingenieros.
El tono general fue de desesperanza, quizás motivado por la edad, pero también por la situación política y humana tanto en todas las Españas como en el mundo.
Estuvimos juntos casi 5 horas, comimos, paseamos, fuimos a ver el mar, y fue muy agradable.
Esta mañana, al encender el ordenata y mirar el correo veo que Jordi me ha enviado un mensaje y un enlace.
No creo que se me enfade si os pongo a continuación lo uno y lo otro. Realmente estamos en una frontera, y la IA sin duda ninguna va a cambiar muchas cosas, quizás todo. Como siempre pasa cuando llegamos a un punto de inflexión nadie sabe qué pasará al cruzarlo y como toda tecnología se puede usar para el bien y para el mal. El problema es que los 250.000 años del homo sapiens no permiten ser nada optimistas.
Este es el e-mail y el enlace.
Hola a todos,
Estoy contento porque aparte de las entretenidas conversaciones que hemos tenido en el encuentro de hoy, son casi las 9 de la noche y no he tenido pesadez en la digestión, lo que me indica que no solo estaba buena la comida sino que los ingredientes son correctos (no me atrevo a decir naturales porque eso nunca se sabe).
Respecto al pesimismo que tenemos los tres sobre el futuro de la humanidad, y el pensamiento de que hay alguien que controla todo el sistema, os envío este artículo de La Vanguardia sobre la IA. Como veréis habla del miedo a la IA, y lo curioso es que ese miedo lo tienen hasta los que se supone que “controlan” más o menos el asunto. Al final me parece que no hay nadie que controle más allá de su parcela de negocio y de su temporalidad, y que esto es un caos que se basa en prueba-error o mejor dicho destrucción-construcción, y que no estamos diseñados como las hormigas con una Inteligencia colectiva, sino como individualidades que solo se asocian para joder al vecino. Así que Adolfo tu normalización en los asuntos del transporte eléctrico ni está ni se la espera en mucho tiempo hasta que sea muy tarde.
Bueno, me he enrollado demasiado. Animo y suerte.
Un abrazo,
Jordi
