
Los malos siempre ríen, si señor.
Arabia Saudí está decidida a convertirse en la capital mundial de las megaconstrucciones. El país acoge ya el colosal complejo Abraj Al-Bait, con su torre de 601 metros, y trabaja en Jeddah, una torre de más de un kilómetros de altura que aspira a alzarse como el mayor rascacielos del planeta. Con su ambicioso proyecto NEOM quiere ir sin embargo varios pasos más allá y sembrar su región noroeste de construcciones tan delirantes como la megalópolis The Line o Trojena, donde se levantará una torre acristalada de 330 metros llamada Observatory.
La última locura arquitectónica saudí se llama Epicon: dos torres de lujo y más de 200 metros de alto en el desierto
¿Mira que si no hay otra vida y los malos no van al infierno? Sería insoportable.
Cuando veo estas construcciones y el derroche energético para crear verde donde no lo hay y para gastar Kw en hormigón pienso… Europa va a salvar el Planeta, ya te digo.
Saludos