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Sin chocolatinas: encendido elogio y crítica constructiva a las cámaras Sigma fp de mi ex amigo Kazuto Yamaki – muy interesante

Lo que pudo ser y no fue, el EF, digo.

Un tal Matt Williams, que se declara redactor senior de PetaPixel y cuya micro biografía es esta:

Matt Williams es escritor, fotógrafo y cineasta y actualmente reside en las afueras de Nashville, Tennessee. Le apasiona la ciencia, el arte y la historia de la fotografía. Es fanático de Paul Newman, las películas de Ingmar Bergman, lentes raros y únicos, frutas (no frambuesas) y decirle a la gente en Internet que están equivocados. Algunos de sus fotógrafos favoritos son Saul Leiter, Berenice Abbott, Gregory Crewdson, Edward Weston, Imogen Cunningham y William Eggleston. Algún día le gustaría trabajar para Zeiss o Leica y promete aprender alemán si eso sucede. Está trabajando en varios proyectos fotográficos y podría terminarlos algún día.

Se marca un ensayo poético sobre las cámaras de mi examigo Kazuto destacando sus singularidades, sus defectos y su enorme potencial. Ostras, pues a mí me ha parecido muy interesante y por eso lo comparto con vosotros.

How Sigma Could Make the fp Great

I have always admired Sigma. It wasn’t regarded in the same league as it is today for its lenses until the Art series came out, but Sigma’s digital cameras have always been singular in design and purpose. The family-owned company has never been afraid to try something new, and honestly, that’s something we need to see a lot more of in the photography world.

Cómo Sigma podría hacer que el fp sea grandioso

Siempre he admirado a Sigma. No se la consideraba en la misma liga que hoy por sus lentes hasta que salió la serie Art, pero las cámaras digitales de Sigma siempre han sido singulares en diseño y propósito. La empresa familiar nunca ha tenido miedo de probar algo nuevo y, sinceramente, eso es algo que necesitamos ver mucho más en el mundo de la fotografía.

Reflexión surgida de lo más profundo de un alma torturada:

Ostras, me acabo de dar cuenta de que yo también soy un “influencer”, pero sin micrófono ni WEBCam, vamos como un Ibai Llanos pero con un poco menos de audiencia y con “influencia” nula. Jo, que descubrimiento.

adolfo

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