Eso explicaría muchas cosas como:
- Levantarme a una hora indecente.
- Acostarme a una hora más que indecente que no revelaré sino en presencia de mi abogado.
- No me gusta salir de noche. Llegar a las 12 es para mi un tormento.
- La limitadísima capacidad de proceso de mi segunda neurona.
- Las limitadísimas capacidades de conocimiento en todas las materias.
- Mi rechazo casi visceral a la mayoría de la tecnología.
La conclusión solo puede ser una: en mi ADN no hay ni una sola molécula de Homo Sapiens, y visto lo visto igual eso no es tan malo.
Hola, hermano neandertal!! Me consta que hay más cómo nosotros. Como decía el otro: “Somos tribu!!!” 😀
Hola Adolfo, revisa el título, creo que se ha colado una D, o es que no lo pillo jejeje.
Un Abrazo,