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La guinda del pastel: ¿Adivináis a quien le está entrando una segunda depresión sin haber soltado aún la primera?

Este es el rollo nuevo que aun no conocéis:

Ya veis, parece que Murphy, a través de mis suegros, se ha fijado demasiado en nosotros.
Ya conocéis el rollo con el que os sometí a tortura en la Felicitación de Navidad de este año y que hoy he retirado ya de la cabecera del Blog. Bueno, pues hay un epílogo que no conocéis porque ha ocurrido hade unos pocos días.

Ahora mi suegra ya no está en la residencia con su marido, ahora está en un hospital. La mujer se levantó hace cuatro días a las 3 de la mañana a hacer pipí en la residencia donde está con su marido, resbaló y se pegó un «culazo» que le ha producido una fisura o en el coxis y en el sacro, o en los dos, y luego un «leñazo» en la espalda con alguna parte saliente de la silla de ruedas de su marido que le ha producido un aplastamiento/fractura de la vértebra Lumbar 1, sin que afortunadamente parece haya afectado a la médula. Ahora tiene unos dolores terribles y va con un corsé ortopédico, a su edad no se puede hacer más. Aún está internada y no la dejarán salir hasta que controlen y ajusten la dosis de calmante para que lo pueda soportar. Sé ve que en estos casos el dolor es terrible.

Ya estamos otra vez, la suegra otra vez en un hospital, y el suegro languideciendo medio moribundo en la residencia. Y nosotros a caballo y todo el día para arriba y para abajo.

¿Entendéis ahora el por qué del titular?

Si, soy un egoísta y un mal nacido, pero de toda la familia mi mujer y yo somos los que no trabajamos.

Y este es el rollo previo que ya conocéis:

Me prejubilaron de Telefónica a los 52 años (demasiado pronto). Mis padres aún vivían pero ya eran muy mayores. En el 2010, cuando yo tenía 56 años, operaron a mi madre de un cáncer de colon. Salió bien pero quedó muy tocada. No murió de eso, pero quedó imposibilitada para hacer vida autónoma en su casa. De todo se ocupaba mi padre, 5 años más joven que ella. Mi mujer y yo, a partir de entonces, nos constituimos como cuidadores suyos. Mi madre se fue estropeando progresivamente y murió 4 años después, a los 96 años cuando yo tenía 60. En los últimos años les hacía la comida y vigilaba que tomaran la medicación. Prácticamente ya no salían de casa y nosotros vivíamos a unos 200 metros de ellos.

Cuando mi madre murió mi padre tuvo un bajón superlativo y ya no podía vivir solo. Tratamos durante una temporada que viviera con nosotros pero aquello resultaba inviable y por consejo médico, por él y por nosotros, lo ingresamos en una residencia. La residencia estaba a 10 minutos de casa andando y yo iba a verlo un par de veces por semana y los fines de semana, siempre que estuviera bien, me lo traía a comer a casa. Él estaba razonablemente bien, pero su demencia senil avanzaba muy rápido y no se enteraba demasiado de lo que tenía alrededor. Eso era malo, pero también bueno porque no sufría. Estuvo 6 años en la residencia y al final aún nos conocía, pero finalmente la COVID lo preparó y murió en el 2020 de un fallo renal agudo.

Como en la residencia estaba muy bien cuidado (tuvimos suerte) nos podíamos escapar de vez en cuando a mis queridas montañas y evadirnos un poco de la situación. Íbamos normalmente un periodo de 15 días y algunas veces un mes, un par de veces al año, pero siempre con aquel sentimiento de “culpabilidad” de que habías dejado solo y tirado a tu padre, aunque él no se enteraba. En el 2020, cuando murió, yo ya tenía 66 años.

Entre tanto mis suegros, unos años más jóvenes, hacían vida autónoma en su casa y apenas precisaban ayuda.

Vino la pandemia, y vinieron obras en la fachada de mi edificio en Barcelona. Hemos rehabilitado la fachada delantera y la trasera, además del vestíbulo interior y exterior. Yo he sido y soy presidente de la comunidad en estos 4 años. Nos hemos podido escapar a Benasque varias veces y por periodos de algo más de un mes, pero no todo lo que hubieramos querido. No quería abandonar las obras.

Yo ahora tengo 69 años y voy para 70.

Entre tanto la salud de los suegros se ha ido deteriorando y aunque seguían siendo autónomos precisaban de bastante más ayuda. Mi cuñado, su hijo, vive a 200 metros de su casa, y era él y su familia los que les proporcionaban una asistencia limitada porque nosotros vivimos en la otra punta de Barcelona y los visitábamos solo de cuando en cuando.

Así hemos ido haciendo hasta este mes de septiembre en que el Cielo ha caído sobre nuestras cabezas.

Mi suegro tuvo una infección de orina que le pasó a la sangre y la cosa se complicó. Ha salido bien, pero ha quedado muy debilitado en parte porque tiene además insuficiencia pulmonar aguda y crónica y está hecho un asco. Para más inri lleva una sonda vesical de forma permanente, se obstruye y hay que hacerle lavados continuos. La infección contínua siempre está ahí y solo nos queda vigilar que no pase a mayores. Ya no se aguanta de pie ni anda y hay que llevarlo en silla de ruedas a todos sitios. No se puede lavar ni hacer sus necesidades solo, ni levantarse, ni sentarse ni acostarse. Tiene ahora 94 años. Más o menos cada 15 días la situación se desborda y por una cosa u otra lo derivan a la Fundación Puigvert, que es quien le trata desde hace años. Ambulancia «parriba». Allí en urgencias le lavan bien la sonda, a veces se la cambian, le dan un antibiótico y reiterándonos que en su estado y a su edad no hay nada más que hacer nos facturan otra vez a la residencia, ambulancia «pabajo», y hasta la próxima: horas de acompañamiento, noches en una silla, etc……..

Mi suegra estaba relativamente bien, pero por una especie de resfriado más agudo de lo normal la llevamos al médico. Después de dos semanas internada en una clínica se le diagnosticó un cáncer de pulmón en fase IV (terminal). Análisis moleculares determinaron que el tipo de tumor que ella tiene es tratable sin contraindicaciones con una pastilla milagrosa que cuesta 6.000 € al mes. Afortunadamente la mutua médica que tiene, Adeslas, se hace cargo del coste. Ella no sabe lo que tiene y se encuentra bien. No tiene ningún síntoma ni ninguna molestia …… aún. Sin la pastilla milagrosa la esperanza de vida era de 2 meses, pero con ella se puede alargar de 2 a 5 años. Ahora tiene 92 años.

Naturalmente se acabó para ellos la vida como autónomos y por el estado de él más que el de ella ahora los tenemos a los dos en una residencia donde no están a gusto pero están bien cuidados. Es la misma residencia en la que estuvo mi padre y está muy cerca de nuestra casa. Ellos han tomado conciencia de que en su casa no pueden estar ni siquiera con una persona que los asista las 24 horas. Necesitan asistencia y enfermería permanente. Ellos no tienen la culpa ni han escogido estar así. No los culpo de nada, pero nos han hundido en la miseria.

Mis suegros tienen dos hijos, mi mujer y mi cuñado. En la familia de mi cuñado son más jóvenes y todos trabajan aún. Nosotros ya hace años que estamos jubilados. Además mi cuñado, contra todo pronóstico, ha salido hipercontrolador e hiperprotector, así que se enfada si alguien no va a ver a sus padres cada día, pero ellos trabajan y nosotros no, ¿vais captando la idea?

Pues eso, ahora tenemos guardias, como en la mili, y tenemos que ir a fichar a la residencia un mínimo de 3 veces por semana. De subir a Benasque nada de nada, salvo que pretenda incendiar a la familia y quemar las naves. Mi mujer me apoya pero no se atreve a enfrentarse a su hermano.

¿Cuánto puede durar esto? Pues no se, seguramente algunos años.

Una persona puede ser feliz en cualquier parte pero hay partes en la que se siente mucho más feliz que en otras. A mi mujer y a mi nos pasa eso en nuestras queridas montañas: yo con el trípode y ella con el libro de flores alpinas renqueando por esos senderos de Dios. Por el tema de las obras de la fachada no hemos podido subir en todo este año. Pensábamos ir en otoño y pasarnos allí desde octubre a Navidad. Todo se ha ido a hacer puñetas.

Naturalmente tener a los suegros hechos un asco no me produce ninguna felicidad, pero ellos ya han cumplido su ciclo vital. Acabó este septiembre y ahora solo les queda sobrevivir y malvivir los años que aún les queden. ¿Calidad de vida? ¿Y eso que es?

Pues eso, como ya dije antes, soy un ser profundamente egoísta y desalmado y por eso he entrado en una especie de depresión. Por una cuestión cronológica, entre mis padres y mis suegros, me ha tocado hacer de cuidador desde el 2010 hasta vete tú a saber cuándo, 2025, 2026. Los años ya prejubilado y con posibilidad de hacer cosas: de 56 a 72-73-74 me los habré pasado ligado a obligaciones que, vale, nos han tocado, pero que me han fastidiado bastante (por no usar otra palabra peor). Esos años «perdidos» y de potencial actividad no nos los devolverá nadie y además mi mujer y yo entramos en una edad muy peligrosa para todo tipo de enfermedades y con los achaques propios de la edad. Sin embargo mi cuñado se jubilará dentro de 4 años y entonces se verá totalmente libre porque sus padres presumiblente ya no estarán, lo que me parece muy bien, pero no me consuela en absoluto.

¿Veis como la única conclusión que se puede sacar es que soy un profundo egoísta, una mala persona y un ser desalmado y sin la más mínima empatía?

Es por eso que lo estoy pasando mucho peor de lo que pensáis, que me vuelco en el Blog, me paso horas y horas en él para escabullirme, para aislarme y para autoprotegerme, y seguramente notaréis que soy un poco más acido que de costumbre.

¿Y por qué os explico todo esto? Pues porque me apetece, porque Fotochismes es, además, mi Blog personal (que no tengo) y porque aún que no os conozco os considero mis amigos, y los amigos se cuentan estas cosas.

Por lo demás mi mujer y yo estamos bien, con los achaques propios de los 70 años y constatando que nos estamos deteriorando a mayor velocidad que nuestros padres. Cada año que pase será un año menos para hacer las fotos que me quedan por hacer.

 

adolfo

Un comentario

  1. No queda otra que aguantar lo que se pueda pero eso no quita que tengas toda la razón y que tus quejas sean totalmente entendibles.

    Sin llegar a tu extremo lo he vivido y comprendo esa angustia vital del dia a dia sin ver una solución y ni siquiera un futuro ligeramente predecible. Yo, tras la experiencia tengo claro que una cosa es vivir y otra alargar artificialmente la vida que no es vivible. En palabras de mi madre, —Cuando ya no puedes limpiarte el culo por ti mismo ya sobras en el mundo—, mas claro el agua.

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