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¿Error garrafal, chaladura, tomadura de pelo, o simplemente Made in China?

– pues eso –

Esto me recuerda un par de aventuras que viví en mi querida Telefónica antes de que me diaeran una civilizada patada por un ERE.

1.- Un cabe de teléfonos, de los antiguos de cobre que iban colgados en palos por el medio del campo, pasaba por un terreno que entonces era de cultivo. Al propietario del terreno se le ocurrió construirse una casa en medio de su terreno, y como no, el cable molestaba la obra. El propietario agotó todos sus recursos y paciencia para que Telefónica desviara el cable un poquito en su recorrido. Naturalmente el cable no se movió, Telefónica entonces era un monopolio omnipotente. ¿Cómo acabó la historia? Pues muy simple. La casa se construyó alrededor del cable y este pasaba elegantemente por el medio del comedor.

  1. – Un “pagès” tenía un terrenito en una montaña perdida de la mano de Dios. Naturalmente allí no había teléfono pues estaba alejado de cualquier civilización. El caso es que en el replanteo de un radioenlace ese terrenito era idóneo para montar un repetidor pasivo. Un repetidor pasivo es una simple valla metálica que refleja un haz de microondas desviándolo en otra dirección como si fuera un espejo. Hay cada vez menos, pero las montañas están plagadas de ellos. Pues bien, el pagès se empeñó en que solo dejaba montar el repetidor si a él le ponían teléfono en su casa. Se le intentó convencer de que eso era imposible porque se encontraba a kilómetros de distancia de la central telefónica más cercana. Entonces no había soluciones vía radio ni satelitales. El hombre dijo que si venían los obreros a hacer algo y no tenía teléfono los recibiría a tiros con su escopeta de dos cañones. Al cabo de un tiempo se vio aparecer en aquel campo una inmensa línea telefónica de longitud casi transiberiana. El pagès tuvo teléfono y Telefónica su repetidor.

Estas crónicas no las viví yo, son anteriores a mi tiempo, pero no dudo que las personas que me las contaron me dijeron la verdad.

Moraleja:

Nunca digas de esta agua no beberé ni este cura no es mi padre, porque nunca se sabe.

¿Es esta la estación de metro más alucinante del mundo?

adolfo

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