Reconozco que hace mucho tiempo dejé de leer a Fernando Puche. Sus escritos cada vez eran más metafísicos y me superaban por muchas cabezas. Uno reconoce sus limitaciones, uno sabe hasta dónde puede llegar.
Hoy publica un brevísimo ensayo que va en esa línea.
Reconozco que me ha gustado, pero seguro que me he quedado en las capas más superficiales y el mensaje seguro que es mucho más hondo.
Lo que si me gustaría es que Fernando me prestara su cabeza unos minutos. Me encantaría saber cómo una persona así planifica y prepara sus fotografías. Principalmente es paisajista, como yo: me gustaría saber cómo se mueve por las montañas, como elije el sitio, la época, temporada, la luz, el encuadre, ¿es todo planificado, es todo improvisado?
No conozco su obra a fondo, solo he visto esporádicamente alguna de sus fotos, y me pasa lo mismo que con sus artículos: unas me han gustado mucho, otras supongo que me sobrepasan y no las entiendo.
Dios me libre de criticar a nadie. Como he dicho antes: uno reconoce sus limitaciones, uno sabe hasta dónde puede llegar.
El mejor maestro: un relato de Fernando Puche en el Blog de Valentín Sama