Este domingo el pueblo gallego se equivocará, y se equivocará porque votará. Detrás de cada candidatura solo hay políticos, y los políticos no son gente de fiar, son mala gente. El problema es que todos son más o menos iguales y que no hay alternativa.
Lo que se merecen es que el 100% del censo fuera a votar, y que todos los votos fueran en blanco. Sería un toque de atención, aunque tampoco arreglaría nada. Pero eso no pasará.
Aliviado ya el espíritu de las miasmas corrosivas que me producen esa casta innombrable de falsos servidores públicos os cuento que nuestro colega Andrea me vuelve a salvar este domingo de pasión con esta sugerencia:
Hola Adolfo, más sobre imágenes espectaculares y realistas con IA, al menos es lo que asegura su autor. En este caso, además del uso exquisito de IA, la temática, delicadeza y los personajes son de ensueño.
A mi estas imágenes tan perfectas me siguen produciendo un poco de rechazo, creo que es cuestión de costumbre, en cualquier caso son espectaculares.
Solo querría añadir que son imágenes, no fotografías, y que como imágenes pueden tener su valor por sí misma, y para muchas aplicaciones son magníficas. Pero no es fotografía.
Para mi lo más importante de la fotografía es su liturgia. Como paisajista mediocre que soy lo que a mi me encanta es pasearme por ahí buscando la luz imposible, el paisaje perfecto y cuando encuentro alguna aproximación plantar el trípode e intentar plasmarlo. En esos momentos soy totalmente feliz. Nada de eso lo conseguiría delante de un ordenata explicándole lo que quiero para que una IA me lo haga delante de las narices, pero soy el primero en reconocer que a otras personas ese les llene totalmente y sean tan felices como yo pateando el campo.
Añadir que al final de la liturgia, está el disfrutar de la imagen, incluso compartirla, en ese sentido la fotografía deberá rivalizar en el campo del realismo o hiperrealismo, el ejemplo es el artista arriba indicado, vende muchísimo y esas imágenes ampliadas incluso a tamaños enormes, ocupan colgadas en paredes, espacios que antes se destinaban a fotografías.