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¿Está pasando con la película química lo mismo que con el disco de vinilo?

En 4:3, como corresponde a Hoppenheimer

Hoyte van Hoytema, el director de fotografía de ‘Oppenheimer’, insta a los cineastas, en el discurso de los Oscar, a filmar con película

No soy sólo yo, ¿verdad? Ha sido uno de los mejores Oscar que he visto en años. También estoy completamente de acuerdo con Hoyte van Hoytema. Hollywood, por favor, rueda más películas en película. Es un formato glorioso que simplemente tiene mejor aspecto que el digital, y siempre lo tendrá.

Líbreme mi querida Madre del Amor Hermoso de meterme en una polémica así. Además, para gustos los colores. Eso si, voy a dar una opinión y con eso no quiero incomodar a nadie porque entenderé cualquier postura.

Primera parte contratante:

Ya ni me acuerdo, hace muchísimos años, yo fui audiófilo. En aquella época hacía nada que se había inventado en CD y una cuadrilla de amigos del trabajo, tan locos como yo con la música y la tecnología, nos pasamos muchas horas yendo y viniendo a las tiendas o salas de Alta Fidelidad de Excepción escuchando grabaciones malas, regulares, buenas y excepcionales tanto en analógico como en digital.

Las grabaciones excepcionales en analógico eran vinilos de primera prensada e incluso algunos de grabación directa, donde el resultado de la mezcla de sonidos en directo se grababa directamente en una matriz de cera, sin cintas magnéticas ni nada de por medio.

Las grabaciones excepcionales en digital eran CD’s grabados y editados por casas especializadas con clientela de nicho, también algunos DVD Audio y SACD que empezaban a salir con cuantificación a 24 bits y frecuencia de muestreo no de 44,1 Khz sino muchísimo más altas.

El resultado era, y no solo para mi oreja, sino para todos los pares de orejas que nos arrastrábamos por las tiendas “babeando” que con un equipo de campanillas ambos tipos de grabaciones sonaban extraordinariamente bien, pero que el vinilo era más natural, más parecido a la realidad, y daba una sensación de sala y ambiente mejor.

Todos éramos técnicos, ingenieros de varias especialidades, y jamás llegamos a entender el por qué.

Ahora todo eso ya pasó. En 1991 me operaron de los dos oídos, y el mundo de la Hi-Fi se acabó para mi. Pero antes de eso yo estuve allí, y lo oí, lo escuché, y lo comprobé con mis propias orejas. Fui de aquellos que notaban la calidad de los cables de conexión, del sentido de los cables, de si ponéis una toma de red al derecho y al revés, y ya no digamos de los componentes de un equipo.

Segunda parte contratante:

También tuve mis pequeñas experiencias con el laboratorio químico y me pasé muchas horas en el lavabo de casa oliendo a vinagre con una ampliadora Opemus Meopta 6 (que aún tengo) y un cabezal multigrado de luz difusa. Usaba primero 35 mm y después, cuando pude comprarme una Hassel el 6×6. Lo pasé muy bien y las copias de 30×40 en papel Ilford baritado eran una verdadera delicia. El “efecto trapo”, del que os he hablado hace nada, lo descubrí con los negativos Hassel.

Pues bien, el milagro del vinilo, al menos para mí, no se ha repetido con la foto digital. Con las cámaras que hay ahora el resultado en digital es muchísimo mejor que en película, al menos para un paisajista mediocre como yo obsesionado con la nitidez. Para ese tipo de fotografía jamás volvería a la fotografía química. Para mí, ver una foto de paisaje debe ser imaginarse una ventana abierta, y esa sensación nunca la da una foto con película, al menos con la calidad que hay ahora.

Probablemente sea una cuestión de sensación y de gusto personal: a uno puede encantarle la “detallista” obra de un Antonio López y a otro la “borrosa” obra de Vincent van Gogh, sin embargo no cabe duda de que ambas son obras maestras.

Corolario:

Hala, no me digáis que no os he dado excusa para que pongfáis aquí unas palabras con vuestra opinión, ¿no? Venga, animaos.

Nota tonta:

Mis espías desplegados por el mundo me informan que se está levantando una ola de recuperación del “casete” así que igual dentro de poco volvemos a ver un formato que se ha dado claramente por extinguido hace bastantes años. Ey, cosas más raras se han visto. ¿Cuando apareció el CD habrías previsto lo que está pasando con el vinilo décadas después?

Mi amigo el sabio siempre decía: nunca digas de esta agua no beberé o este cura no es mi padre, nunca se sabe.

Dos días después: (lo han leido en Fotochismes, seguro)

El director de fotografía de Oppenheimer anima a los cineastas a filmar en celuloide

adolfo

2 comentarios

  1. Pues aquí yo tengo mis pequeñas dudas. Habría que ver esa película de 70 mm disparada con lentes premium. Yo de mi época analógica no puedo sacar conclusiones pues los equipos que tenía no eran de lo mejor. Cierto es que el digital y su rango dinámico superan a cualquier película pero como dije me gustaría ver un frame de esa película en una mesa de luz y un cuenta hilos.

  2. El tema del audio de excepción, es una religión, si hablas los cables… hay bronca. O que la ecualización es necesaria… más bronca. Soy electrónico, entiendo un poco de cables. Y deben ser transparentes. Si se hacen notar, es que son malos.
    Los vinilos van pre-ecualizados RIAA, hay que re-ecualizar si o si. Y los CD’s todos pasan por la mesa de mezclas. Unos con acierto y otros no. Pero el proceso es destructivo. Es como pasar de RAW a JPG. Algo se pierde. Ni siquiera una grabación directa es perfecta. Los micrófonos tienen un rango tonal y sensivilidad determinados y tiñen la grabación. (Si fuesen planos, todo el mundo usaria el mismo). Y al final, a la mesa de mezclas. Me acuerdo de una actuación de Pavarotti junto a Julio Iglesias, un elefante y un gatito. Mucha mesa de mezclas había detrás.

    Con la fotografía de película, veo los inconvenientes del revelado aleatorio, dos veces, película y papel, y del enfoque, dos veces también, (siempre me quedaban dudas de la óptica de la ampliadora).
    Y no digamos del granulado de la película. La microelectrónica ha conseguido píxeles realmente diminutos. Esto nos ha regalado el microdetalle de las fotos. Aún siento placer de acercar una lupa a mis ampliaciones A3 de fotos hechas con un sensor Foveon de 15Mpix reales. En una foto analógica de 36mm no da gusto, se ve el grano.
    Y estoy seguro de que la «visión analogica» puede ser simulada.
    Otra cosa es que estimule la tercera y cuarta neurona del fotografo, y esto le haga destacar. A costa de perder la inmediatez de un visionado directo, por ejemplo.

    (Todo esto es mi opinión, que no entiendo de casi nada, y mucho menos, de arte)

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