Aquí, y en contra de mi costumbre, voy a hacer de abogado del diablo.
El hombre, las personas, digo, somos animales de costumbres. Yo llevo siendo canonista desde que Olympus me abandonó en la época del autofoco, y de eso ya hace mucho, muchísimo.
Pues bien, aseguro que con una Canon en las manos me siento muy cómodo. Los botones son los que son y están (más o menos) donde tienen que estar. Acostumbrarme a una Sony RX100 IV fue un suplicio del que aún no me he recuperado. Mucho más fácil ha sido adaptarse a la GFX 100S.
En fin, sea como sea, la pregunta es:
- ¿Cuántas toneladas de chocolatinas ha debido recibir el becario de periodismo desinteresado que ha escrito 5 e-páginas sobre este tema de candente actualidad?
Espero ansioso vuestras respuestas
No señor, no me he inventado nada. Todo está aquí.