Constatando que los objetivos específicos para cine son absolutamente diferentes a los de foto fija, a pesar de que los fabricantes se empeñen en convencernos de que las cámaras y las videocámaras deben ser las mismas, a mi siempre me ha fascinado la escala de distancias que tienen los objetivos de cine.
Me entusiasma la idea de ver a los becarios de los directores de fotografía medir con un centímetro la distancia desde el plano de la película a la nariz del protagonista para luego trasladar esa distancia la escala del objetivo teniendo la absoluta seguridad de que el asunto quedará enfocado al milímetro.
Pues bien, para sustituir al obsoleto e impreciso centímetro, que siempre puede tener un poco de comba, este artilugio laser acoplado a tu telefonillo permite medir distancias con precisión milimétrica.
Me imagino a mi mismo detrás de un tomavistas IMAX midiendo la distancia desde la cámara a la bomba atómica de Oppenheimer y cantándole al operador de cámara: 25,343 metros y siendo feliz.
Vosotros también, ¿a que si? Hombre, el precio no es de escándalo.