Voy a utilizar esta curiosa historia de la compañía de frutas que hizo millonario a Forrest Gump, que yo no conocía, para presentaros dos cosas que yo tampoco conocía y que me han parecido más curiosas que la propia historia.
La primera es el primer “logo” de Apple, que nada tenía que ver con las manzanas ni los mordiscos, o quizás si: manzano-manzanas-Newton, la cosa ya apuntaba maneras.
La segunda es el prototipo portable del Apple I que ha despertado en mi una profunda nostalgia pues resulta bastante parecido al primer ordenador que yo tuve, el Rockwell AIM 65, con el que aprendí a programar en “assembler” y con el que pasé muchos ratos deliciosos. Era la primera vez que una máquina hacía lo que yo le pedía, a partir de aquel momento empezaron a hacer lo que les dio la gana a ellas, y así seguimos.
Qué fue de Ronald Wayne, el fundador “desconocido” de Apple que renunció a una potencial fortuna por 800 dólares
Por la magnitud del desastre ha sido necesario que este artículo tuviera un aspecto vertical, y esta justificación además me ha venido de perlas para rellenar el espacio en blanco a la derecha de la 3ª imagen ilustrativa. Es lo que se llama astucia de win-win.
¿A que me ha quedado bien?
¿Veis?, ya os lo decía yo.