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¿Ha sido un error eliminar la pena de muerte en la mayor parte de todos los países civilizados del mundo?: estoy pensando en el Sr.Windows y su KB5034441.

No, EEUU no cuenta como país civilizado: un país de países en los que 27 de sus 50 países/estados tienen implantada la pena de muerte desmonta nuestro concepto de civilización y por lo tanto el caso queda archivado.

En mi opinión hay contadísimos y especialísimos casos en que la pena capital está justificada.

– a la hoguera con él –

Uno es este.

El Sr.Windows, en su negociado “Update”, insiste una y otra vez que sus usuarios de Windows 10 instalen una actualización de seguridad que responde al nombre de KB5034441.

En la mayoría de los ordenadores que ya peinan canas dicha actualización da error y no se puede instalar. Yo tengo tres, y los tres se han negado:

La bibliografía en internet es amplia, extensa y virulenta: el problema es debido a que la partición de recuperación de Windows en el disco C tiene un tamaño insuficiente.

– el Cielo lo confunda una y mil veces –

– y lo condene a las tinieblas del Averno por toda la eternidad –

La solución es redimensionar esa partición para que quepa.

Tamaña operación entra dentro de la categoría de neurocirugía ofimática y solo está al alcance de prestigiosos profesionales capaces de atreverse a cualquier cosa. Como en la operación hay un riesgo muy cierto de quedarse con la máquina como un vegetal sin regar, hay que hacer antes una copia de seguridad del sistema, cosa que tampoco está al alcance de la mano del pueblo llano.

En mis cortas luces pienso yo que si el Sr.Windows es capaz de dar el coñazo con una actualización incompatible con su propio sistema debería adoptar alguna forma de solucionarlo, que para eso es el padre de la criatura:

  • O bien debería hacer lo que tiene que hacer con menos espacio.
  • O bien debería agrandar el espacio sin incordiar al usuario final.

Pues bien, ni una cosa ni la otra.

Primera conclusión:

Para casos así es lícita la utilización de la pena de muerte por métodos piadosos: decapitación con sierra oxidada, inyección letal a base de ajo, perejil y sidral, desmembramiento lento con cuatro briosos corceles, escucha con auriculares High-End atados con cinta americana de todos los discursos de Mariano Rajoy e Isabel Ayuso, y cosas similares.

Este es su verdadero aspecto

El otro es este:

Sin embargo el el dossier del Sr.Windows hay una causa infinitamente más grave y que ya he sacado a relucir aquí más de una vez.

De forma arbitraria y totalmente inconcebible ha incompatibilizado sus sistema Windows 11 con la mayoría del parque de ordenadores en servicio con Windows 10 desde que apareció.

Dado que nadie que haya podido evitarlo ha pasado voluntariamente de Windows 10 a Windows 11 y de que el crecimiento de este último es porque la renovación de ordenatas así lo propicia pues ya vienen con el nefasto Windows 11 instalado, yo me hago las siguientes preguntas del trillón.

Premisas previas: en junio del 2024, dentro de tres meses, Windows 10 22H1 perderá su soporte y quedará abandonado a su suerte. En octubre del2025, no falta tanto, Windows 10 22H2 sufrirá la misma suerte. Windows 10 habrá muerto y todos los fabricantes pasarán a recordarlo como “ese sistema del que Vd. me habla”

La pregunta del trillón1 es:

¿Cuantos ordenadores quedarán en el mundo funcionando perfectamente en Windows 10 e incapaces de migrar a Windows 11 por las absurdas y arbitrarias incompatibilidades que ha puesto el Sr.Windows a su nefasta criatura impar?

La pregunta del trillón2 es:

¿Cuánto tardarán los palmeros que le bailan el agua en hacer que todas sus aplicaciones (PhotoShop, Lightroom, Capture One, Luminar, etc…….) sean incompatibles con todo lo que no sea la última versión de Windows 11: picosegundos, nanosegundos, microsegundos, milisegundos, o incluso algún segundo?

La pregunta del trillón3 es:

¿Vamos a permitirlo?

Segunda conclusión:

Para casos extremos como estos no solo es lícita la utilización de la pena de muerte, sino que se justifica aplicarla con la mayor duración y dolor posible para el reo: asado lento en plan argentino, decapamiento de la piel con un rallador de nuez moscada, manicura y pedicura radical con alicates oxidadas, electrocución lenta a base de pilas de 1,5V, fusilamiento con una escopeta de balines de feria, escucha con auriculares High-End atados con cinta americana de todos los discursos de Mariano Rajoy, Isabel Ayuso, Nuñez Feijóo, Cuca Gamarra, Puigdemont, Aragonés, Sánchez, Ábalos y sobre todo Aznar, y cosas similares y cosas similares.

Conclusión final:

Hay crímenes que ni toda una vida de prisión, penurias y trabajos forzados pueden purgar. La restauración de la pena capital con traición alevosía y dolor es absolutamente necesaria.

Compañeros, a las barricadas.

adolfo

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