Yo me lamento de muchas cosas, pero entre ellas estas dos:
- Me lamento de la soberbia del Dios del antiguo Testamento que arremetió contra los obreretes de la Torre de Babel e inventó eso de la confusión de lenguas. Realmente en su infinita sabiduría y bondad nos hizo quizás el más flaco favor que se le ha hecho a la humanidad en todos los tiempos.
- Me lamento de ser tan zoquete que en mi cerrada mente no cabe más que un idioma (y medio) y por ello no me puedo comunicar con casi nadie y me da miedo salir de mis cuatro paredes.
Estas cosas siempre ayudan y son una buena noticia para los torpes como yo.