La misma imagen de la transmutación, pero no la alquimista de plomo en oro, sino la tecnológica de smartphone en cámara compacta inteligente.
El artilugio que lo consigue es la empuñadura SmallRig.
Despréndete de todo tu engorroso equipo DSLR o mirrorles, incluso si te han agenciado una Fuji GFX 100S II, devuélvela diciendo que ha sido un error. Y abraza en cambio el telefonillo bien empuñado. Amén.
Complete reverse cycle: smartphones are now looking like cameras
Pues para ver como la GFX 100 abusa de los chiquitines, no hay nada como la fantástica herramienta de comparación de DPreview.
La zona del pelo es de goleada con baile.
https://www.dpreview.com/reviews/image-comparison?attr18=daylight&attr13_0=apple_iphonex&attr13_1=fujifilm_gfx100_studio&attr13_2=sony_a7rii&attr13_3=fujifilm_x100vi&attr15_0=jpeg&attr15_1=jpeg&attr15_2=jpeg&attr15_3=jpeg&attr16_0=32&attr16_1=100&attr16_2=100&attr16_3=125&attr171_2=1&normalization=full&widget=1&x=0.07114577214248866&y=0.29672072486282064
A discreción.
Porque si al teléfono le colocamos arnés, jaula y un par de gadchets, ¿Dónde acaba la portabilidad?
Moraleja: Si necesitas una moto, no le pongas motor a la bici.
Se me olvidaba. Mi zona favorita es la del estropajo verde. El microdetalle. Ahí está el vicio.
¡Como le envidio!
La GFX 100 supera incluso a la Sigma Quattro H.
Que ya es mucho decir. De las cámaras accesibles a mortales.
(Como buen troll, es envidia insana, por supuesto)