
Esto se hunde, ya es definitivo, tiktokealo.
Es bien cierto y conocido que el Sr.Canon ha sido el causante de mis desdichas fotográficas en los últimos años y que todo lo que le pase lo tiene bien merecido. Pero también es cierto que mi maldad no es infinita, solo ilimitada, y por ello si alguien le mete el dedo en el ojo hasta que salga por la nuca no voy yo detrás para echar un coctel de ajo, vinagre, sal, pimienta y sidral.
El agudo lector sabrá valorar que hay detrás de la inspiración del ponente. Yo solo os pongo aquí y a modo de píldora introductoria un google párrafo del artículo.
Como tal, la R1 sirve como el ejemplo perfecto de un problema: Canon no puede ganar cuando se trata de precio o tecnología. Peor aún, sus decisiones en la era sin espejos le han hecho perder masa en el escenario de la opinión pública.
Después de quitar las capas y obligarnos a aislar qué era lo que ofrecía la EOS R1, nos dimos cuenta de que no había tanto aquí como Canon esperaba convencernos. Sosteniendo el R1 en mis manos y pensando en lo que ofrecía versus cuánto iba a costar, “ahead of the game” eran cuatro palabras que parecían estar en conflicto directo con la realidad.
Canon Doesn’t Win on Price, Technology, or Public Opinion
On Tuesday morning, a day before the R1 was announced, I was finalizing our coverage and looking over the materials Canon prepared. «The Canon EOS R1 is Ahead of the Game,» a header in the press release promised. I scratched my head in confusion.
Canon no gana en precio, tecnología u opinión pública
El martes por la mañana, un día antes de que se anunciara la R1, estaba finalizando nuestra cobertura y revisando los materiales que preparó Canon. «La Canon EOS R1 está a la cabeza del juego», prometía un encabezado en el comunicado de prensa. Me rasqué la cabeza confundido.
Que conste:
Mis palabras anteriores sobre la maldad no son óbice para que los Sres.Canon, Windows y Adobe tengan reservado un sitio de honor en el 10º Circulo del Infierno que se acaba de inaugurar y está en periodo de pruebas. Se trata de un circulo experimental punta de tecnología inspirado en los reactores de fusión donde imanes superconductores retienen confinado a un plasma magmático cuya temperatura se eleva a unos cuantos trillones de grados para mayor gloria de los condenados. Las cosas hay que hacerlas bien.