Mientras escribo mis tonterías estaba escuchando la radio y estaban explicando el calvario que tienen los propios periodistas para acceder a las zonas de competición en los JJOO de París, pues algunas competiciones ya han empezado. A pesar de estar super acreditados y con grandes cartelones colgados al cuello son sometidos a todo tipo de controles haciéndoles pasar un verdadero Vía Crucis hasta llegar a su destino.
Ostras, mi familia y yo vivimos Barcelona 92. Mi hija tenía entonces 8 años, y mi mujer y yo 38. Era carísimo, pero fuimos a alguna sesión preliminar de gimnasia, y luego nos tocó por sorteo en Telefónica unas entradas para unas finales de atletismo. Lo pasamos muy bien, fue una experiencia muy bonita. La gente subía al estadio de Montjuïc desde la Pza de España por las escaleras automáticas que te llevan hasta él. El ambiente era festivo y de alegría. Seguro que había seguridad, pero nosotros no percibimos nada de eso. No hubo ningún agobio.
Lo mismo pasó con los paralímpicos, con el añadido de que las entradas eran gratis (creo).
Coño, ¿realmente estamos yendo a un mundo mejor?
¿Y por qué os explico yo ahora esto? Pues por nada. Estaba yo escuchando la radio y se me ha ocurrido.