A mi maltrecha segunda neurona se le ocurren tres posible alternativas para abordar el problema, pero seguro que hay muchas más.
- Olvidarse para siempre de Leica y transfugarse a otra marca. Además es la solución más económica.
- Escribir una carta manuscrita con pluma de ganso al mismísimo Herrrrr.Andreas en Weztlar afeándole su conducta y conminándole a sacar una Leica Q3 Mark II con una agarradera contundente.
- Hacer tuyo el problema y pasarte un año entero diseñando una empuñadura que cumpla todas tus expectativas.
¿A que no adivináis que solución es la que han adoptado en gloriosa Join-Venture un fotógrafo y un arquitecto?
Aquí os doy una pista:
How a Photographer and an Architect Spent a Year Building the World’s Best Camera Grip
The Leica Q3 is an excellent camera and has the style and performance that Leica enthusiasts love. However, the camera’s grip has frustrated some, and a photographer and architect have teamed up to solve the problem.
Cómo un fotógrafo y un arquitecto pasaron un año construyendo la mejor empuñadura de cámara del mundo
La Leica Q3 es una cámara excelente y tiene el estilo y el rendimiento que adoran los entusiastas de Leica. Sin embargo, el agarre de la cámara ha frustrado a algunos, y un fotógrafo y un arquitecto se han unido para resolver el problema.
Nota tonta:
Mi equipo de espías me han soplado en la oreja que ambos pretenden forrase con la idea e irán tomando nota de todos los pedidos que reciben y del número de Leicas Q3 que se han vendido en el mundo. No pararán hasta que ambos números se igualen. Yo haría lo mismo.