Yo debo tener unas orejas “mal paridas” pues ninguno de estos artilugios me quedan bien encajados en las orejas y se me caen a la más mínima. Bueno, tampoco es que haya probado muchos, pero los que he probado no se me adaptan bien.
Sea como sea, y dado el número de personas que van por ahí con esas prótesis tecnológicas adheridas al cuerpo como pequeñas sanguijuelas sonoras, debe ser un invento muy útil y es por eso que os cuento lo de este análisis.
Ya sabéis que yo fui audiófilo hace mucho tiempo, y aunque solo sea por eso, no me pienso levantar del taburete hasta que Sonus Faber o alguien parecido hagan unos auriculares a válvulas. Me gusta mucho el sonido caliente, es mucho más suave que el frio de los semiconductores. Palabra de ex-audiófilo.
Samsung Galaxy Buds 3 Pro, análisis: un sonido fantástico que cada vez es más exclusivo