No señor, esto me va a servir de excusa perfecta para contaros un par de reflexiones sobre el tema de las teles que también es extensible a los monitores.
Reflexión 1:
Yo tengo una tele LG OLED de 55” desde febrero del 2020, o sea hace 4 años y medio. Por los ritmos circadianos de mi mujer y yo la tele funciona bastantes horas en casa, yo suelo ver alguna peli por la tarde y mi mujer se queda hasta media noche, cosa de la que yo soy incapaz.
No he notado ningún problema de quemado en la zona donde aparecen los logos de las emisoras, pero si he notado una ligera tendencia a la degradación de color. La tele se ve muy bien, y ver fotos en ella es una delicia, pero al poner fotos en blanco y negro noto que la mitad izquierda de la pantalla tiene una desviación al rosa y la mitad derecha al azul. Todo muy difuminado y muy tenue, pero ahí está, y eso me pone bastante nervioso, sobre todo como ya digo al visualizar las fotos en blanco y negro. Eso de nueva no lo hacía, y si lo hacía era inapreciable.
Reflexión 2:
Por qué no hacen de una puñetera vez pantallas microLED, donde cada subpixel es un diodo emisor inorgánico sin degradación y de duración ilimitada. Eso acabaría con toda la parafernalia actual de iluminaciones provisionales y transitorias. Solo tengo una repuesta, porque sería demasiado bueno y no les da la gana.
Hala, y ya está, ahora os dejo con la excusa:
Todo es mentira
LG QNED87, análisis: este es el camino que deberían seguir todos los televisores de gama media/alta