No puedo evitarlo, este hombre me sobrecoge. Leer cualquiera de sus artículos me hace sentir como el más miserable de los pequeños saltamontes. Es como si intentara hablar con Dios. Él está en otro plano y yo me arrastro por el suelo. Me supera por muchas cabezas.
Es por eso que no voy a hacer ningún comentario.