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¿Compramos impulsivamente, compramos lo que no necesitamos, caemos continuamente en la tentación?

3-10-2024:

Hoy, que tengo un poco más de tiempo, destaco este ensayo poético de Thom que ya os apunté hace un par de días, y lo hago porque me parece interesante.

El tema es un poco el de siempre: ¿compramos impulsivamente, compramos lo que no necesitamos, caemos en las tentaciones de los collares de lentejuelas de colores que nos ofrecen los malvados fabricantes?

Yo tengo mi opinión, que seguramente está equivocada, pero es la mía.

1.- Depende de la persona: por un lado está la sensatez y el sentido común que te dice que con una cámara nueva de última generación no vas a hacer mejores fotos y que lo que te ofrece de más es prácticamente inútil para ti. Es el Pepito Grillo de una oreja. Por otro lado está el Pepito Grillo de la otra oreja que te dice que la ilusión también importa, que la vida son dos días, y que el dinero está para gastarlo y disfrutarlo. Ya digo, la cosa va según la persona e incluso el momento.

2.- Luego está la mano negra, la mano invisible de Adam Smith que regula el mercado. Bien sabe Dios que un sueldo mínimo o una pensión miserable es el tamiz más eficaz para filtrar las ilusiones, esperanzas y anhelos del 95% de la gente, ese grupo que posee el 5% de la riqueza.

Podéis echarle un vistazo. Está bien, y con el traductor DeepL mucho mejor.

Good Advice Costs Nothing and It’s Worth the Price*

El cielo lo confunda: prolífico a rafagas.

1-10-2024

Thom Hogan nos atormenta con cuatro, si he dicho cuatro, artículos metafísicos que yo no he podido procesar en profundidad.

Me estoy empezando a enfadar con mi queridísimo supergurú supernikonista super Thom Hogan. El hombre tiene últimamente la poca delicadeza, la desconsideración diría yo, de publicar sus artículos en lotes. Hoy ha publicado cuatro.

Entre que el hombre escribe “difícil” y en una lengua bárbara de complejidad inaudita. Dado que yo no tengo una piedra roseta neuronal activa y operativa, no le puedo dedicar la atención que merece y eso me hace sentir miserable y desgraciado.

Como ya no estoy a tiempo de estudiar inglés y en todos los intentos que he hecho hasta ahora ha sido el inglés el que me ha estudiado a mí, estoy estudiando (y valga la redundancia) romper relaciones diplomáticas con su WEB y llamar a consultas a mi embajador en la zona.

Os seguiré informando.

adolfo

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