– prototipo de la maquinita –
Efectivamente, la maquinita te mirará fijamente y la IA te dirá: “me he quedado con tu cara, así que pórtate bien y se fiel a los Principios Fundamentales del Movimiento”. Y tu contestarás firme pero sumiso: señora, si, señora.
Llegará un día que el estado adelgace de tanto funcionario.
La IA sustituye perfectamente al funcionario cansino de ventanilla y matasellos.
Y las criptos, que pueden albergar contratos inteligentes, se han demostrado más competentes y fiables que un notario.
Por una fracción irrisoria de su costo.
Quizás la moda de las criptos pase, pero la tecnología que hay detrás es fenomenal. (Quien se acuerda de Terra, o Yahoo, pero el Internet perdura)
Piojos, pulgas y garrapatas siempre han existido, pero es que el bicho (sociedad) arrastra un 50% de peso muerto.
(Ahora vendrán con ¡nadie piensa en los niños! ¡nuestros ancianos!, obviando el grueso de vividores que no siendo niños ni ancianos, despilfarraron un dinero que no era suyo.
Y lo que nos queda. Nos ha criado con cuentos de igualdad, solidaridad y de que el dinero es pecado y de avaros y explotadores, que es muy difícil cambiar viejas creencias.
Resumiendo: Que me alegro que una máquina haga el trabajo mecánico.
Pues sí: llegará el día en el que el Estado sustituya la mano de obra humana por máquinas y criptointeligencia. También lo harán las grandes corporaciones. Y los ciudadanos de clases pudientes (https://www.fotochismes.com/2025/02/15/el-sr-mark-zuckerberg-esta-empenado-en-que-todos-tengamos-en-casa-un-robot-humanoide-suyo/). Pero eso no evitará, si acaso no lo incrementa, los millones de personas que se embarquen en las rutas migratorias de trata de seres humanos. Cada vez será mayor la brecha entre privilegiados y epsilons sin acceso a la tecnología de vanguardia. A nuestros niños, ancianos y enfermos los cuidarán esas máquinas que por fin sustituirán a tanto “parásito” trabajador y la eficiencia y el abaratamiento se impondrán por encima del interés de las personas, al servicio de lo que importa: la Gran Máquina.
Y el objeto de nuestra existencia no será relacionarnos con nosotros mismos y nuestros semejantes, de una forma afectiva y “humana”, sino mantener a la Gran Máquina bien engrasada y sin disrupciones.
Desde mi ático ciberdotado veré deambular a miles de excluidos que sobreviven con una paga social y que dejan tras de sí un mal olor, como de hambre. Y a aquel señor amargado que ponía sellos aburridamente tras una ventanilla, ha perdido sus dientes y no tiene para pagarse unos nuevos que implantan en la criptoclinica dental de moda.
Aun así, me alegro de que no tenga que pagar 6€ por una foto carné, que luego me devuelve el funcionario policía (ya hubo noticia con ese tema porque los estudios de fotografía quebrarian) y ahorrarme las colas para renovar mi próximo DNI. Que, ya puestos, siendo obligatorio y no teniendo que alimentar a tanto funcionario, debería ser gratuito.